jueves, enero 17, 2008

La casa como oficina (Tomado de "El Nacional")

En el suplemento "sietedías" del diario "El Nacional" del domingo 9 de diciembre de 2007, salió publicado este artículo de Adriana Rivera que calza como anillo al dedo en el tema de este blog. El artículo contiene definiciones para entender mejor el mundo del teletrabajo, y referencias a sitios y organizaciones bien interesantes, cuyos enlaces me he ocupado de colocar en el texto para facilitar su acceso a aquellos que quieran revisarlos. Tanto quien busca oportunidades, como quien quiere ofrecer sus servicios o el empresario que quiere crear un sistema con teletrabajadores en su empresa puede encontrar información de interés a través de las referencias aquí mencionadas. Otro aspecto interesante fue el encontrar estadísticas y menciones al caso Venezolano, lo cual no es usual. Espero que les sea de utilidad.

"Los e-workers. Los teletrabajadores no acuden a las empresas ni acostumbran charlar con sus compañeros a la hora del almuerzo. Trabajan conectados a Internet sin el control de superiores.En esa modalidad, la autodisciplina es clave para evitar una caída en la productividad
ADRIANA RIVERA mailto:arivera@el-nacional.com

Alejandra Pérez quedó desempleada en el peor momento.Meses atrás había muerto su esposo, y su hijo apenas tenía tres años de edad. La agencia de turismo en la que trabajaba cerró después del paro nacional de 2002. Una agenda llena de contactos fue su salvavidas durante los aprietos económicos. Los clientes continuaban llamándola para conseguir boletos de avión y paquetes de viajes que ella acostumbraba tramitar.


Por teléfono y por correo electrónico contactaba a los interesados y se acostumbró a laborar desde casa. Ahora, asegura, no podría habituarse a cumplir un horario de oficina. 'Trabajar a distancia me resulta conveniente porque si la gente quiere un boleto me pasa la solicitud por correo. Así puedo dedicarle tiempo a mi hijo. Cuando estaba comenzando me instalaba en casa a responder emails y llamadas.Hice contactos y ahora soy intermediaria entre pasajeros y mayoristas de turismo', explica Alejandra, de 32 años de edad.

La Organización Internacional del Trabajo define al teletrabajo o e-work como la 'forma de trabajo efectuada en un lugar alejado de la oficina central o del centro de producción y que implica una nueva tecnología que permite la separación y facilita la comunicación'. Los e-workers se distinguen por el sitio desde donde hacen sus tareas (su casa, un cibercafé o donde se encuentren) y los medios de producción que emplean (computadoras, conexión a Internet, software especializado, entre otros).

Sin moverse de casa. No todos los trabajos que se hacen desde el hogar con el uso de una computadora pueden ser considerados como teletrabajo. 'La gente se confunde con los que se dedican a enviar correos spam o a vender pastillas por Internet; pero en esas actividades no siempre se ejerce la profesión. En cambio, los e-workers ejercen sus profesiones y las actividades en las que mejor se desempeñan. Un e-worker es un trabajador del conocimiento', señala Ricardo del Río, vicepresidente de pijamanation.com para América Latina, una comunidad virtual de teletrabajadores que ofrecen sus servicios en 58 países.

Como requisito imprescindible, este personal debe saber manejar programas de computación e Internet. Además, estar dispuesto a cumplir plazos y metas en los proyectos que llevan a cabo sin estar bajo la supervisión inmediata de un jefe.

'Tienes que ser planificado; llevar archivos y agendas. Hay que ser cumplido porque tú das la cara ante los clientes. Eso te da ímpetu para tomar decisiones. Por eso, además de ofertar mis servicios en Internet, trabajo con muchos que me hacen publicidad de boca en boca', explica Alejandra.

Un estudio de la organización estadounidense de recursos humanos WorldatWork señala que en 2006 casi 34 millones de norteamericanos trabajaron desde su casa con alguna frecuencia. Sin embargo, de ellos sólo 12,4 millones son empleados de alguna compañía; es decir, mantienen una relación de dependencia laboral y reciben un salario mensual. La investigación reveló que 60% de los trabajadores a distancia son hombres y 72% del total tiene estudios universitarios.

'La combinación de factores como la proliferación de conexiones a Internet –menos costosas y más productivas para trabajar remotamente–, la tendencia de los empleadores a buscar el balance entre la vida familiar y laboral, y los horarios flexibles permitieron el aumento', indica el informe.

Familia vs. trabajo. La búsqueda de equilibrio entre el tiempo que se dispone al trabajo y el que se dedica a la familia es el motor que empuja a muchos a buscar empleo o contratos a través de la web. 'Con el transcurso del tiempo me dediqué a esto más de lleno.Ahora soy paciente cardiaco y no puedo tener ajetreo, no debo someterme a grandes niveles de estrés. Hago trabajos a distancia casi en 90%', dice Augusto Ortiz, diseñador de páginas web caraqueño de 43 años de edad.

'Organizo mi rutina: me levanto a las 6:00 am; hago la comida de mi hija, llevo a la niña al colegio y después regreso a trabajar en la computadora. Al mediodía voy a buscarla. Luego, sigo trabajando', agrega.

En comunidades virtuales de teletrabajadores como Trabajofreelance.com y Guru.com han descrito al menos 150 categorías de oficios que se pueden ejercer a distancia. Los más comunes son el desarrollo de programas de computación, el diseño, el periodismo, las traducciones, las trascripciones y el manejo de data contable o financiera.

Esta modalidad de trabajo parece estar expandiéndose velozmente en muchos países desarrollados, pero su puesta en práctica en América Latina tarda más. De acuerdo con una investigación de International Data Corporation en 2005 había 17,4 millones de teletrabajadores en la región. Uruguay y Argentina despuntan como los países del sur donde ha calado más: en el primero, ingresan 190 millones dólares cada año por teletrabajo, y en el segundo los registros indican que existen más de 300.000 e-workers.

En Venezuela, el portal de Pajamanation.com cuenta 700 abonados que hacen publicidad de sus bienes o servicios para ser contratados como teletrabajadores. Otros portales tienen cerca de 2.000 afiliados venezolanos.

Entre las ventajas de este tipo de empleo se encuentran la flexibilidad de los horarios; evitar el traslado hasta las oficinas y, por ende, el congestionamiento de las ciudades y el incremento de la productividad (según algunos estudios éste último es de 30%).

En las empresas, sostiene Del Río, se reducen costos de nómina, cargas sociales, alquiler de locales y compra de mobiliario. 'Algunos procesos empiezan a tener mejores desempeños y solucionan los cuellos de botella'.

Confinados. Las tentaciones de trabajar desde casa deben ser enfrentadas con constancia y autodisciplina. "Aunque el trabajo desde la casa puede verse como una vía para reducir el estrés, el efecto puede ser inverso cuando no se delimitan bien los espacios del hogar y del trabajo. Puede que estemos llevando las preocupaciones de una oficina a nuestras casas. Si no se planifica bien, la persona puede trabajar más de 12 horas al día", advierte la psicóloga Laura Romero.

El aislamiento que produce quedarse en casa y tener contacto con los compañeros sólo a través de correos, videos o mensajería instantánea es uno de los puntos más criticados del teletrabajo.

La Universidad de Tampere, en Finlandia, hizo un estudio en 2004 en el que se concluyó que 'la necesidad de una conexión viva y física con los colaboradores puede ser la razón por la cual la `virtualidad’ es tan impopular'.

Entre los detractores del teletrabajo también existe temor a la pérdida de la identidad y la distinción, señaló una investigación efectuada en 2004 en el postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Allí se indicó que los trabajadores virtuales están aislados de sus colegas y pierden la oportunidad de beneficiarse de las ideas de los otros para su enriquecimiento profesional.

'Trabajas solo, no hay nadie alrededor con quien conversar o compartir el café. No es lo mismo por chat, pero tampoco es tan grave. Cuando trabajas en grupo a cada uno se le asigna una tarea y vamos ensamblando la página web. Se discute por mail o por Messenger', afirma Augusto Ortiz.

La imagen y el prestigio que confiere el trabajo desde una sede central también se pone en juego. 'Como a los venezolanos nos importa lo que los demás piensen, muchos trabajan en sus oficinas y en su tiempo libre matan tigres en la web', comenta Del Río respecto a la aceptación que tiene esta modalidad laboral en el país.

En ocasiones, trabajar desde casa puede dar una apariencia de que no se cuenta con un empleo 'serio', en los términos tradicionales. Ortiz lo resume: 'Puedo buscar a mi hija al colegio y acudo a mis chequeos médicos. Hago cosas que estando en una oficina no podría hacer. Es como si estuviese desempleado pero no. A veces trabajo 12 horas al día'.

Paradigmas Empresariales

Descentralizar las tareas requiere un cambio en la cultura corporativa de las compañías. En Estados Unidos y Gran Bretaña cerca de 40% de las empresas tiene teletrabajadores bajo distintas modalidades: empleados a tiempo completo, medio tiempo y trabajadores a destajo.

La revista mexicana Mundo Ejecutivo señaló en 2005 que en América Latina 'muchas organizaciones aún no se sienten cómodas con este esquema porque temen perder control sobre las actividades que desempeñan sus trabajadores a distancia'. Habituarse a cumplir objetivos y a no controlar los horarios también es un reto empresarial.

Las grandes firmas de desarrollo y comercialización de tecnología, en especial las transnacionales, tienen más teletrabajadores en sus plantillas. De los 12,4 millones de e-workers estadounidenses, detalló un estudio de la organización WorldatWork, 38% trabaja en compañías de más de 1.000 empleados; 20% en firmas con entre 100 y 999 dependientes, y 37% en empresas con menos de 100 trabajadores.

Las pequeñas y medianas compañías han tardado más en implementar el trabajo a distancia. Aunque generan cerca de 80% de los empleos, muchas aún no se plantean su reorganización en torno al uso de Internet. 'Mientras no se demuestre el potencial de las tecnologías de la comunicación e información con experiencias reales, es muy dudoso que el pequeño empresario esté dispuesto a dedicar recursos económicos y de tiempo a temas aparentemente tan alejados de sus preocupaciones inmediatas', analizó un informe de 2002 de la Asociación Española de Teletrabajo.

El e-work también puede ser utilizado como mecanismo para subcontratar personal en las empresas. Las legislaciones laborales, por lo general, tienen vacíos para clasificar esta modalidad de empleo, indica el artículo Te letrabajo: Regulación jurídicolaboral, del abogado español Djamil Kahale, publicado en la revista Gaceta Laboral en 2003. La mayoría de quienes contratan pagan por actividad realizada y el trabajador no establece una relación de dependencia con la empresa. Por ello, en 2002 los sindicatos europeos lograron un acuerdo para los teletrabajadores de la UE en el que se homologaron sus derechos a los de quienes laboran en las sedes de las empresas. El convenio se inscribió en lo establecido por el Consejo Europeo de Lisboa que buscaba responder al cambio hacia una economía y sociedad del conocimiento.

'En Venezuela entrarían en la definición de trabajadores a domicilio, según la Ley Orgánica del Trabajó', precisa el abogado laboral Alí Garrido. De esa manera, explica, los aportes al sistema de seguridad social deben ser asumidos por el e-worker si no es empleado fijo de la empresa para la cual labora."

Fuente: Rivera, A. (2007). La casa como oficina. Caracas: El Nacional, 9 de Diciembre de 2007.